NIÑOS Y ADOLESCENTESQué hago cuando: pide dulces porque ve a sus amigos
Ver a la salida del colegio madres, padres, abuelos, abuelas o cuidadores que van a buscar a los niños y les ofrecen bollos o chucherías como merienda es algo a lo que estamos acostumbrados. En este caso, ¿cómo no va a pedir tu hijo también chuches si lo ve como algo normal entre la gente que le rodea? |
No es fácil para una madre o un padre, o para cualquier familiar, negar un dulce al niño, aunque tenga exceso de peso, y menos en los momentos en los que todos los que están lo comen.
Si te preguntas qué es lo mejor que puedes hacer en estos casos, tal vez estos
consejos te sirvan de ayuda, pero antes, te puedes hacer la siguiente pregunta:
¿has sentido en algún momento la tentación de comer lo que menos te conviene?
Esto es lo que siente tu hijo cada vez que ve a sus amigos o amigas comer algo
que sabe que él no puede.
Para comprender porqué cuando nos ponemos a dieta nos tientan de manera particular ciertos alimentos, hemos de entender que los alimentos van cargados de valor simbólico y emocional, que están compuestos de algo más que de nutrientes.
Tendemos a asociar ciertos alimentos a emociones, a personas o situaciones de nuestra vida, a buenos o malos recuerdos, etc. Y muchas de estas asociaciones son necesarias para nuestro equilibrio emocional, para sentirnos bien. Por ello, los psicólogos aconsejan que no debemos prescindir de dichos alimentos; siempre y cuando los consumamos en momentos puntuales como un cumpleaños, la Navidad u otra celebración especial. Simplemente, debemos ser conscientes de que los necesitamos de vez en cuando para sentirnos bien, sin sentir ningún tipo de trauma o inseguridad.
Esto es en lo que debéis pensar cuando se os plantea la duda de darle o privarle
de un dulce al niño, y más si ha de controlar su alimentación debido a su exceso
de peso. Dejar que disfrute y que saboree el alimento, pero recordar que
ese ofrecimiento sea ocasional y en pequeña dosis, y no cada día.
Ésta es la mejor terapia para que el niño se sienta mejor de ánimo y para continuar con éxito el plan de alimentación. Y para que a vuestro hijo le resulte más fácil de entender, le habéis de explicar cuál es la razón por la que no conviene tomar dulces cada día, siempre predicando con el ejemplo, tratando de llegar a un acuerdo con él de que los alimentos dulces, los bollos, las chucherías, los refrescos y similares, los ha de reservar para ocasiones especiales.
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