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Portada > Enséñale buenos hábitos > Prevenir la obesidad > Los desencadenantes de la obesidad infantil

ENSÉÑALE BUENOS HÁBITOS

PREVENIR LA OBESIDAD

Los desencadenantes de la obesidad infantil

Los grandes cambios en el estilo de vida que estamos experimentando están repercutiendo drásticamente en nuestra forma de alimentarnos. Las dietas tradicionales están siendo reemplazadas por otras en las que abundan los alimentos ricos en grasas y azúcares. Esto se refleja en la alimentación de los niños y niñas que toman más cantidad de alimentos de la que su cuerpo precisa y además, parte de los alimentos que consumen de más, están concentrados en calorías.

En esta sección
Educar en buenos hábitos de vida [pág. 1]
La obesidad infantil: una tendencia al alza [pág. 2]
¿Cuándo se habla de obesidad infantil? [pág. 3]
Los desencadenantes de la obesidad infantil [pág. 4]
Lo más importante: la prevención [pág. 5]
El papel de los padres [pág. 6]
   

La dieta de niños y adolescentes se caracteriza por un consumo elevado de derivados lácteos (yogures, quesitos y postres lácteos), abuso de la carne (suelen consumir cada día), consumo elevado de patatas fritas de bolsa y similares, consumo excesivo de zumos de frutas, de pasta y de panes especiales (de molde, bollos de leche…), consumo de bollería industrial, galletas, dulces, refrescos azucarados y alimentos grasos en forma de quesos grasos, patés, mantequilla o similares; escaso consumo de legumbres, frutas y hortalizas.

Las dietas tradicionales están siendo reemplazadas por otras en las que abundan las grasas y azúcares
Idea Sana

¿Sabes cómo es la alimentación de tu hijo? Compruébalo en el test de esta escuela llamado "Cómo se alimenta".

Entre niños y adolescentes se da la combinación de factores perfecta para que desarrollen obesidad: una alimentación inadecuada en cantidad y tipo de alimentos, unida a la tendencia que muestran a hacer menos actividad física y el mayor tiempo que dedican a actividades sedentarias como ver televisión, o jugar a los videojuegos.

Aunque sabemos que los factores hereditarios influyen en el desarrollo de la obesidad, la genética humana no ha cambiado en tan poco tiempo; de ahí que los factores ambientales o del entorno (alimentación, actividad física, estilo de vida…) jueguen un papel primordial en la aparición y desarrollo de la obesidad, tanto en el niño como en la persona adulta.

El resultado de esta combinación de factores es que en tan solo 15 años se ha duplicado el número de niños y adolescentes obesos en nuestro país. Y lo más preocupante del tema es que la tendencia a aumentar de peso es ascendente.

La parte positiva de todo esto es que tanto los hábitos de alimentación como de estilo de vida se pueden modificar con una educación acertada, si bien es esencial que la educación esté dirigida desde los personajes clave implicados en la alimentación de los más pequeños: padres y madres, cuidadores, educadores, personal de empresas de restauración colectiva y medios de información.



< ¿Cuándo se habla de obesidad infantil? Pág. 4 de 6 Lo más importante: la prevención >


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