NIÑOS Y ADOLESCENTESQué hago cuando: se atiborra a bollos y chuches
Casi seguro que tu hijo, como la mayoría de los niños, y también muchos mayores, siente una apetencia particular por el sabor dulce, e incluso puede ocurrir que el deseo de comer a cualquier hora alimentos dulces sea exagerado. ¿Estás en esa situación y no sabes cómo actuar? |
Son muchas las circunstancias que pueden llevar a un niño a comportarse de
esa manera y a atiborrarse de dulces o a pensar con frecuencia en ellos. Por ejemplo,
de la cultura a la que el niño pertenece aprende entre otras cosas a desear más
ciertos alimentos, y eso en gran medida se lo habéis trasmitido vosotros, los
padres, como responsables máximos de su educación y su alimentación. La familia
es la que más influye en la forma en la que el niño se comporta con la comida,
por ejemplo al elegir determinados alimentos, como los dulces. ¿Siempre
hay dulces en casa? ¿Es habitual que celebréis una comida o un acontecimiento
con bollos o chuches? ¿Le obsequiáis con un dulce? ¿Premiáis su buen comportamiento
con chuches? ¿Le concedéis caprichos para que calme su mal humor o su berrinche?
Este comportamiento, aunque puede ser la panacea para todos los males en esos momentos; el niño come algo, el niño se calma, el niño no llora... No es la mejor solución para solventar el problema, tal y como explican los expertos en psicología, y que va a marcar el comportamiento que el niño, luego adulto, tenga con estos alimentos. Y si es un niño con exceso de peso o con tendencia a ganar peso, esto no le va a servir de gran ayuda.
¿Cuál es la solución?
La solución pasa por hacerle entender que son alimentos que no conviene que los tome cada día, siempre predicando con el ejemplo, y tratando de llegar a un acuerdo con él o con ella de que los alimentos dulces, los bollos, las chucherías, los refrescos y similares, los han de reservar para ocasiones especiales. De esta manera, aunque no lo parezca, disfrutará mucho más que si los come cada día.
Piensa que estos alimentos tienen azúcar en exceso, muchos de ellos están compuestos
exclusivamente de azúcar, además de innumerables aditivos, aromas, colorantes,
saborizantes. Por este motivo tienes que tener claro que no complementan ni pueden
sustituir una comida. Son alimentos que le van a quitar el hambre, le van a provocar
caries y que aumentan el riesgo de que tenga carencias vitamínicas. Las vitaminas
del grupo B, B1 y B2, intervienen en el aprovechamiento de los azúcares, por lo
que si se toman en exceso, aumentan sus necesidades diarias. Además, estos
alimentos pueden ser responsables de su exceso de peso.
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