NIÑOS Y ADOLESCENTESQué hago cuando: pide refrescos y no agua en las comidas
¿Vuestro hijo o hija prefiere acompañar la comida con un refresco en lugar de con agua? ¿Os encontráis en esta situación? Tal vez el niño lo hace porque ve que vosotros también tenéis esa costumbre. Es evidente que esto no es lo más adecuado, si tenéis en cuenta que los refrescos y otras bebidas que contienen azúcar son alimentos de la categoría de los dulces, por lo que debéis enseñarles a vuestros hijos a consumirlos de vez en cuando, y no cada día. Varios estudios han alertado de la relación directa que existe entre el consumo habitual de bebidas azucaradas y el aumento de la obesidad infantil. Se ha demostrado que los niños que consumen algún refresco de este tipo cada día tienen un 50% más de probabilidad de desarrollar obesidad. |
Entre comidas: agua
En este tipo de bebidas, lo que destaca de su composición son las calorías del azúcar, salvo si se trata de bebidas light o sin azúcar. Si tu hijo toma refresco entre las comidas, es muy probable que le quite apetito y rechace alimentos más saludables y nutritivos, ya que está tomando una buena dosis de calorías en forma de azúcares.
Una lata (33 cl) de refresco contiene unas 140 calorías, procedentes exclusivamente
del azúcar, por lo que tomar uno de estos refrescos es lo más parecido
a ingerir un vaso de agua con 3 ó 4 sobres de azúcar disueltos en ella.
Si quieres evitar estas calorías extras, y otros ingredientes superfluos que acompañan
a muchas de estas bebidas como cafeína y una larga lista de aditivos, la mejor
elección es ofrecerles a tus hijos agua durante las comidas. Recuerda que el agua
es la bebida que más hidrata y mejor refresca y además, no contiene calorías.
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