CUANDO EL PROBLEMA ESTÁ EN LOS PADRESSobre medios de información y alimentos de marca
Es evidente que los intereses comerciales de las empresas de productos alimenticios, publicitados en los distintos medios de comunicación, y los intereses de vuestros hijos en cuanto a su correcta alimentación no siempre coinciden. Una de vuestras obligaciones de padres está en protegerles de esta verdad indiscutible. |
¿Cómo hacerlo sin apartarles de la sociedad que les rodea? ¿Sin privarles de esa fuente de información y entretenimiento que es la televisión? ¿Sin causarles la sensación de que están fuera de los temas de conversación que mantienen los chicos y chicas de su edad?
Es más, ¿podríais realmente apartarles del torrente de publicidad al que se
ven sometidos?
Sólo hay una forma de ser eficaces en esta tarea paterna: Sentaros de cuando
en cuando con ellos delante del televisor, o a escuchar la radio, para de forma
puntual, no obsesiva, hacer una crítica de los mensajes que reciben. Hacerles
ver que no existen los alimentos milagro, que no se trasformarán en seres superiores,
mágicos, seductores, inteligentes... Por consumir esto o aquello. Que no se publicitan
alimentos fundamentales para estar sanos, como por ejemplo las verduras o las
frutas. Que el ejercicio es fundamental para gozar de buena salud. Que algunos
alimentos, efectivamente muy apetecibles, como el chocolate o los dulces en general
han de consumirse de manera moderada...
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Es bueno hablarles de las fuerzas económicas
que mueven la publicidad |
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Son aspectos que podéis trasmitirles si conseguís dar a vuestras intervenciones no el estilo propio de un censor o de un maestro, sino el de un espectador más que es crítico con lo que recibe.
Frases del tipo: "qué exagerados son en la televisión", "para estar tan fuerte como en el anuncio también hay que hacer mucho ejercicio", "Nunca hay anuncios de frutas" etc. aprovechando el visionado de anuncios como por ejemplo aquellos en los que un deportista de éxito publicita dulces, dichas como quien piensa en voz alta, y naturalmente adaptadas a la edad de cada hijo, pueden ser de utilidad para contrarrestar los efectos nocivos de los anuncios.
Bueno será también, cuando alcancen una edad que lo permita, hablarles de las fuerzas económicas que mueven la publicidad.
Tampoco deberíais intentar ser perfectos en esta tarea. Es imposible que las modas, la publicidad, la pasión por determinadas marcas, los valores sociales vigentes, no les alcancen en alguna medida. Pero si conseguís irles creando una mentalidad crítica antes o después aprenderán a autoprotegerse de intereses que no son los suyos.
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