NIÑOS Y ADOLESCENTESQué hago cuando: tienen fobias a ciertos alimentos
Tener fobia a un alimento no es el típico 'no me gusta' que todos hemos oído y pronunciado alguna vez, tampoco es el rechazo de un determinado plato debido a la preferencia por determinados alimentos-capricho. Hablamos de fobia cuando el posible consumo de un alimento ocasiona fuerte ansiedad, rechazo compulsivo, casi reflejo, irracional. Es algo así como lo que muchas personas sienten hacia los reptiles. |
Por alguna razón ese alimento se asocia en el cerebro de quien padece la fobia a la sensación de un importante peligro. Experiencias de atragantamiento, fantasías terroríficas infantiles ya olvidadas que se dieron al unísono de su primer consumo, asociación de su ingesta con momento de crisis familiar o individual, o factores biológicos más o menos unipersonales que causan dificultades en su ingestión, son algunas de las causas que pueden estar detrás del inicio de estas fobias.
Cuanto más insistáis en que vuestro niño supere estos miedos más podéis potenciarlos, especialmente si lo hacéis con amenazas, o con cualquier actitud que vuelva a asociar ese alimento a una situación desagradable y tensa.
Más prudente y eficaz será que actuéis así:
- Dejad el alimento de que se trate a la vista del niño, día tras día, sin la más mínima invitación a que lo consuma.
- Incluid en su dieta otros alimentos distintos pero que incluyan los nutrientes que no absorbe debido a su fobia.
- Consumid vosotros mismos ese alimento con toda naturalidad.
Con éstas elementales reglas os evitaréis y les evitaréis muchos malos ratos, su alimentación será correcta, y muchas fobias remitirán con el tiempo.
|